Aprende qué hay de verdad en el uso de la vitamina C contra el coronavirus, dónde y cómo obtenerla y cómo afecta la COVID-19 a la manipulación de alimentos
Estoy seguro de que lo has escuchado o leído en los medios de comunicación o las redes sociales. Se ha extendido la idea de que la vitamina C, como refuerzo del sistema inmunológico, puede ser un método eficaz de lucha contra el coronavirus.
Desde ya te adelantamos que no se ha encontrado ninguna evidencia de que dosis altas de esta vitamina (igual que la vitamina D u otros complementos alimenticios) puedan evitar el contagio o ayuden en la cura del SARS-Cov-2.
La vitamina C se encuentra de forma natural en frutas y verduras. Recuerda que, aunque no se ha encontrado prueba ninguna de que el coronavirus se transmita por los alimentos, es necesario ahora optimizar todo lo relativo a la seguridad alimentaria.
Si te dedicas a la manipulación de alimentos, este artículo te será de gran utilidad.
Equipar el sistema inmunológico es clave para combatir el coronavirus. Es básico lavarse las manos y mantener distancia, pero solo con una respuesta inmune específica serán detectados y atacados microorganismos extraños. El SARS-CoV-2 es uno de ellos.
¿Cómo lograr esa reacción? Atendiendo a tiempo el estado nutricional, para ayudar a que funcione correctamente el aparato inmunitario. Es aquí cuando entran en juego las vitaminas: un cuerpo sin ellas fácilmente da paso al virus.
Tenga presente que el organismo requiere micronutrientes varios para trabajar. Las vitaminas son parte de estos.
En el caso específico del coronavirus vs vitamina C, esta última colabora formando radicales de oxígeno y anticuerpos. La gravedad se evidencia cuando los pulmones están invadidos por células inmunológicas, golpeándolos en vez de protegerlos.
Ocurre que los vasos sanguíneos gotean y esta sangre se coagula, desplomando la presión arterial y causando fallos en los órganos.
De acuerdo con reportes médicos, pacientes infectados con coronavirus reciben altas dosis de vitamina C. Esta tiene funciones esenciales en el sistema inmunológico, principalmente en la acción de células inmunes, crecimiento y generación de anticuerpos.
La vitamina D es otro nutriente importante en la creación de defensas, por ejemplo, frente a infecciones. Su impacto es tal que, según estudios recientes, quienes la consumen reducen los riesgos de contraer enfermedades respiratorias.
De hecho, investigaciones llevadas a cabo en 2019 hallaron que las personas con bajos niveles de esta vitamina, tienen un 64 % más de probabilidades de sufrir neumonía.
La deficiencia de vitamina D se observa en muchas personas contagiadas con COVID-19; países como Italia y España reportan más casos y complicaciones, así como falta de este micronutriente en los pacientes.
Aunque la vitamina C puede consumirse vía oral, las infusiones intravenosas logran concentraciones más altas en la sangre.
Hoy, cuando todavía no hallan una cura al SARS-CoV-2, podría ser un recurso válido para desequilibrar el curso de la pandemia.
Hay que aplicar mecanismos para prevenir infecciones y el rápido deterioro pulmonar. Como el virus es similar al síndrome de activación macrofágico, debido a la hipersecreción de citocinas proinflamatorias, resulta potente la vitamina C como antiinflamatorio.
Una dosis de esta circula en el plasma filtrada libremente en el glomérulo renal, siendo reabsorbida por un transportador de sodio de alta capacidad y baja afinidad, permitiendo que se acumule donde el cuerpo la necesita.
En Long Island a pacientes en terapia intensiva con coronavirus se le inyectan 1,500 mililitros cada tres o cuatro horas, lo que representa 16 veces más del límite recomendado diariamente por las autoridades (90 miligramos para hombres y 75 para mujeres).
Sucede que los contagiados bajan drásticamente sus niveles de esta vitamina, por la sepsis que padecen; al recobrarlos, el organismo mejora significativamente.
Esta inyección -explica al New York Post el neumonólogo del Northwell Health, Andrew Weber-, se combina con otros medicamentos como azitromicina e hidrocloroquina.
Frente al coronavirus, vitaminas C y D son suplementos que no lo evitan, pero tampoco pueden desaprovecharse. Resultan un medio efectivo y de bajo costo que favorece el sistema inmunológico, al tiempo que combate más enfermedades del tracto respiratorio.
Estudios realizados en Reino Unido, Países Bajos y Nueva Zelanda precisan la necesidad de recomendaciones nutricionales que complementen el lavado de manos y vacunas, como protocolo de prevención COVID-19 y demás infecciones.
Característicamente la vitamina C y zinc¸ igual que la D, sumadas a un ácido graso omega-3 (presente en el pescado), caen perfecto al organismo.
La C, si bien la hallamos en suplementos, hay frutas y verduras que la contienen, haciendo más simple y agradable su consumo: naranja, pimentón rojo, kiwi, brócoli, fresa, piña, mora, frambuesas, papas, tomates, albahaca, papaya y más.
La vitamina D se obtiene naturalmente al tomar los rayos solares al menos 15 minutos, unas cinco veces a la semana, preferiblemente al mediodía, dejando al descubierto suficientes áreas del cuerpo.
Que los micronutrientes estén presentes en lo que comemos implica mayor responsabilidad en lo relativo a la seguridad alimentaria y la manipulación de alimentos.
Aunque la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria resalte la inexistencia de pruebas que demuestren la transmisión del COVID-19 a través de los alimentos, es conveniente saber que los coronavirus requieren de un humano o animal como hospedador para crecer.
¿Cómo prevenirlo? Cocinar los alimentos mata los virus; trátalos durante media hora a 60ºC. Debe aplicarse tanto en casa como en comercios dedicados a la manipulación de alimentos.
En todo caso, el manipulador de alimentos debe seguir protocolos vinculados estrictamente al lavado de manos antes de comenzar, tocar alimentos cocinados, listos para comer o crudos; después de limpiar; luego de estornudar, tocarse la nariz, toser o ir al baño; tras comer, fumar o beber; inmediatamente dejó de tocar móviles, dinero, tarjetas, cajas, utensilios, etc.
Asimismo, los trabajadores del área requieren el carnet de manipulador de alimentos, que los acredita con la formación exigida por el Reglamento 852/2004 de Higiene y Seguridad Alimentaria, principalmente en fabricación, hostelería, preparación, envasado, transporte, venta, suministro y servicios de alimentos en general.
Para obtenerlo, es indispensable actualizar la formación. Empresas especializadas ofrecen el curso de manipulación de alimentos online, facilitando el registro, contenido, prueba, entrega de certificado y tramitación del carnet. Su documentación es válida ante Sanidad.
Pero la Administración Pública española también otorga la acreditación a través de los ayuntamientos, los cuales externalizan la preparación a empresas privadas, haciéndola completamente legal y, en ocasiones, emitiendo gratis el carnet.
Saber cuál compañía es adecuada para un curso de calidad, es fácil fijándose en las que trabajan con Consejerías de Salud, como consultorías y laboratorios alimentarios, pues mantienen nexos con restaurantes, pescaderías, hoteles y otros negocios que cumplen estrictamente con los requisitos sanitarios.
Por consumo de alimentos manipulados adecuadamente o aplicación intravenosa de vitaminas, las vitaminas tienen que estar en el sistema inmunitario. Al no precisar una vacuna que cure el coronavirus, el cuerpo necesita prepararse lo mejor posible, de lo contrario no emitirá una buena respuesta.